¿Conoces la Ley de Pago a 30 Días? Cobrar a tiempo sigue siendo uno de los mayores dolores de cabeza y una traba significativa para miles de pymes en Chile. 

A pesar de tener un excelente producto o servicio y generar ventas, la cruel realidad es que muchas empresas terminan quebrando, no por falta de negocio, sino por no recibir sus pagos en la fecha estipulada. 

El largo plazo de pago a proveedores estrangula el flujo de caja, impidiendo cubrir sueldos, inventario o reinvertir.

Ante este panorama, la Ley de Pago a 30 Días (Ley N.º 21.131) se posiciona como una normativa clave. Es importante destacar que esta obligación rige para el sector privado desde el 1 de abril de 2020, tras el adelanto establecido por la Ley 21.193. 

Actualmente, el desafío no es su entrada en vigencia, sino su cumplimiento estricto: la Ley 21.217 ya restringe los acuerdos que superen los 30 días entre grandes compradores y pymes, permitiendo excepciones solo cuando estas beneficien directamente al proveedor, como en el caso de anticipos o pagos por avance.

La pregunta es: ¿qué tan efectiva está siendo la fiscalización para asegurar que las grandes empresas respeten el plazo de 30 días?

¿Qué dice la Ley de Pago a 30 Días y cuál es su estado actual?

La Ley N.º 21.131, conocida popularmente como Ley de Pago a 30 Días, es una reforma que busca establecer un marco de justicia en las transacciones comerciales en Chile.

Puntos clave de la normativa

La ley establece principalmente dos cosas que benefician directamente a los proveedores, en su mayoría pymes:

• Plazo máximo: fija un periodo de pago a proveedores no superior a 30 días corridos para el pago de facturas emitidas por proveedores a sus clientes, tanto empresas privadas como entidades del Estado.

Si el pago se realiza fuera del estatuto, la ley impone automáticamente:

• Intereses corrientes por mora (cada día de atraso).

• Una comisión moratoria del 1 % del saldo insoluto en caso de atraso en el pago. 

Puedes contrastar con las tasas de interés en: https://tasas.cmfchile.cl/sbifweb/servlet/InfoFinanciera?indice=4.1

En términos sencillos, el objetivo es eliminar las prácticas abusivas donde las grandes empresas se financiaban a costa de las pequeñas, extendiendo los ciclos de pago a 60, 90 o incluso 120 días.

Implementación: una realidad vigente

La aplicación de esta ley ha sido más rápida de lo previsto originalmente. Si bien se planteó una gradualidad, el pago a 30 días para el sector privado se adelantó y rige plenamente desde el 1 de abril de 2020 (según la Ley 21.193).

Ya no existe libertad total para extender plazos mediante acuerdos. Gracias a la Ley 21.217, hoy está estrictamente restringido el uso de acuerdos superiores a 30 días entre grandes empresas compradoras y proveedores de menor tamaño. 

La normativa actual establece que cualquier excepción a este plazo es nula, salvo casos muy específicos que beneficien directamente al proveedor, como anticipos o pagos por avance de obra.

Impacto esperado y los desafíos reales para las pymes

La implementación total de la ley no es solo un avance legal, es una necesidad económica para la sostenibilidad de las pequeñas y medianas empresas:

La realidad en cifras: los datos del informe de Duemint

El comportamiento de pago entre empresas es un factor clave para la estabilidad financiera del mercado. Conocer las tendencias de morosidad permite anticipar riesgos, optimizar la gestión de cobranza y, sobre todo, mejorar la liquidez de tu negocio.

Para entender la magnitud del problema y el contexto en que opera la Ley de Pago a 30 Días, te presentamos algunos de los hallazgos más relevantes de la segunda edición del informe “¿Cómo está la cosa?”, de Duemint. 

El estudio analizó más de 672.000 facturas emitidas en 2024, recopilando acciones de cobranza extrajudicial y comparándolas con los registros de insolvencia del país.

La morosidad es la regla, no la excepción

Contrario a lo que dicta la ley, la realidad muestra que más del 55 % de las facturas se vencen y necesitan gestiones de cobranza adicionales. 

Solo el 44,4 % de ellas se pagan dentro del plazo de pago a proveedores establecido. 

Este altísimo porcentaje de incumplimiento es la fuente directa de los problemas de flujo de caja que ahogan a tantas empresas.

El tiempo juega en contra: 30 días son vitales

Si tu factura no se cobra a tiempo, la ley te ampara, pero la realidad te presiona. El informe destaca que una vez que una factura supera los 30 días de vencimiento, la probabilidad de cobrarla cae de forma dramática: se reduce en un 28 %. 

Este hallazgo refuerza la necesidad de ser proactivo y no esperar a que la deuda se haga antigua, incluso con la ley a tu favor.

Quién sufre más y dónde está el problema

La morosidad no afecta a todos por igual. Los datos indican que las microempresas son las que más sufren, con el mayor porcentaje de facturas vencidas (cerca del 35 %). 

Además, si operas en sectores como el Comercio, la Construcción o la Manufactura, la probabilidad de enfrentar largos plazos de pago a proveedores es mayor, ya que son las industrias que concentran el grueso de la deuda morosa.

En un contexto de alta presión financiera, no sorprende que casi el 90 % de los procesos de insolvencia de empresas terminen en liquidación (cierre definitivo) y no en reorganización. 

Lo anterior subraya que, cuando una pyme llega a una crisis, generalmente ya no tiene el tiempo ni los recursos para recuperarse, siendo la falta de liquidez oportuna la responsable principal.

Tu derecho exige orden y respaldo

Para tu negocio, cobrar a 30 días no es un capricho, es un derecho fundamental y una necesidad para la supervivencia. La ley viene a reforzar esto y te entrega las herramientas para luchar contra la morosidad endémica.

Sin embargo, exigir el pago, los intereses y la comisión de cobro ante un incumplimiento requiere que tus procesos estén en orden. 

Necesitas:

• Control preciso de las fechas de emisión y vencimiento de cada factura.

• Un registro claro de las gestiones de cobro realizadas.

• Toda la documentación tributaria al día y accesible.

En Duemint, entendemos que la Ley de Pago a 30 Días te da el derecho, pero el control te da el poder. Por ello, te ayudamos a llevar el control de tus ventas, pagos pendientes y documentos tributarios de forma automatizada y centralizada. Así, al momento de reclamar tu derecho al pago oportuno, tendrás toda la información respaldada y lista para actuar.

Revisa cómo podemos ayudarte a operar con más control y liquidez en www.duemint.com y prepárate para un futuro donde los 30 días sean la regla, no la excepción.

Preguntas Frecuentes (FAQ) sobre la Ley de Pago a 30 Días

1. ¿Cuándo entra en plena vigencia la Ley de Pago a 30 Días? 

Actualmente, bajo la Ley 21.217, ya no es legal pactar plazos mayores a 30 días entre grandes empresas y pymes, a menos que el acuerdo beneficie exclusivamente al proveedor (por ejemplo, mediante anticipos o pagos por avance). Cualquier otro acuerdo que intente extender el plazo por sobre los 30 días se considera nulo.

2. Si mi cliente me paga fuera de plazo, ¿qué puedo exigir?

La ley establece que, automáticamente y sin necesidad de acuerdo previo, puedes exigir el pago de intereses corrientes por mora más una comisión de cobranza fija por cada factura pagada fuera del plazo de 30 días. Para hacer efectivo este cobro, es importante tener un control documental estricto y exacto de las fechas de vencimiento.

3. ¿La ley garantiza que me pagarán a 30 días?

No. La ley te da el derecho de exigir ese lapso y te otorga herramientas legales para cobrar intereses y comisiones si se incumple. Sin embargo, el informe de Duemint indica que más del 55% de las facturas se vencen, por lo que es vital complementar el respaldo legal con una gestión de cobranza proactiva y automatizada.